LA PALABRA DEL DÍA
Por Ricardo Soca
http://www.elcastellano.org/palabra.php
Lunes, 6 de julio de 2009
La correctora Norma Tow iniciará en agosto dos talleres abiertos para la comunidad en el Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires, Av. Callao 289, T.E. 4 372 7961:
Por más detalles, consultar en la entidad o en townorma@gmail.com
- Práctica de corrección de textos literarios y científicos
- Taller de escritura de cuentos
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Los envíos de La palabra del día están recopilados en tres libros ―La fascinante historia de las palabras, Nuevas fascinantes historias de las palabras y La milenaria historia de las palabras― totalmente independientes entre sí, cada uno de ellos ordenado de la a a la zeta.
Estas obras, escritas en lenguaje llano y ameno, accesible a todos los públicos, constituyen un viaje cautivante a través de los siglos y de las civilizaciones en busca del origen más remoto de las palabras que empleamos en nuestra vida cotidiana. Constituyen una introducción accesible a la historia de las palabras, escrita con rigor implacable, pero de lectura agradable incluso para los principiantes.
LA PALABRA DEL DÍA
pontífice
Algunos años después de la legendaria fundación de Roma por Rómulo y Remo (753 antes de nuestra era), cuando los monarcas de la joven ciudad se ocupaban aún de los rituales religiosos, el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, pensó que sus sucesores tendrían que ocuparse de la guerra y del gobierno de un Estado cada vez más complejo, de modo que no estarían en condiciones de pensar en la liturgia. Con esa idea, Numa Pompilio decidió entregar el cuidado de las ceremonias religiosas a un funcionario o sacerdote que desempeñara exclusivamente esa función religiosa. Después de mucho meditarlo, entregó esa dignidad a los pontifex, que eran los encargados de cuidar el puente sobre el río Tíber, una tarea que en aquella época revestía enorme importancia política y militar, además de religiosa.
En la palabra pontifex se fusionan pontis (puente) y facere (hacer), en alusión a su actividad: cuidar el puente.
Algunos siglos más tarde, el emperador Julio César decidió asumir la dignidad de Pontifex Maximus (Sumo Pontífice), el mayor de los pontifex, para indicar así su posición de jefe no sólo civil y militar, sino también religioso. A partir de Augusto, este título quedó vinculado al de emperador durante varios siglos, hasta la llegada al poder de Constantino (306 d. C.), quien adoptó el cristianismo como religión oficial del Imperio. Fiel a la tradición consagrada por sus predecesores, Constantino siguió usando durante algún tiempo el título de Sumo Pontífice, ahora como representante de Cristo. Pero los obispos de Roma no demoraron en reivindicar para sí la condición de únicos representantes de Cristo en la Tierra y acabaron por incorporar el título de Pontifex Maximus, que los papas ostentan hasta hoy.
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EL LATÍN DEL DÍA«tardum est diferre quod placet»
Dejar para después lo que a uno le agrada es ser perezoso. Petronio 10, 7
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Por Ricardo Soca - © Asociación Cultural Antonio de Nebrija - 2002-2009
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martes, 7 de julio de 2009
pontífice
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