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sábado, 2 de enero de 2010

Cual de los dos?


LOS ÁNGELES (AP).- En una zona del desierto de Mojave, en California, dos docenas de tortugas raras podrían interponerse en el camino de un extenso complejo de energía solar, en un caso que pone de relieve las crecientes tensiones entre la conservación de vida silvestre y la búsqueda de energía más limpia en los Estados Unidos.

BrightSource Energy, una empresa de Oakland, ha estado presionando por más de dos años por un permiso para construir 400 mil paneles solares en Mojave. Este podría convertirse en el primer proyecto de su tipo que autoriza el gobierno en terrenos públicos, y crearía una premisa para que otros sigan solicitando grandes extensiones de tierra pública en el país.

La construcción vendría con un costo: los científicos han concluido que más de seis millas cuadradas (15 kilómetros cuadrados) de hábitat de la tortuga del desierto se perderán si el gobierno federal otorga el permiso de construcción del parque solar.

Sierra Club y otros ambientalistas quieren que el complejo se traslade a otro sitio, para preservar esta reserva natural de plantas y vida silvestre, incluyendo la tortuga del desierto, el tecolote llanero occidental y el borrego cimarrón.

"Es realmente un buen proyecto. Sólo se encuentra en el lugar equivocado", dijo Ileene Anderson, del Centro para la Diversidad Biológica de Tucson, Arizona, que estudia el medio ambiente.

La disputa es un indicio de lo que sucederá en el futuro, a medida que más compañías busquen desarrollar energía solar, eólica y lgeotérmica en tierras que los ambientalistas desean proteger, al mismo tiempo que apoyan el desarrollo de energías alternativas.

En un área de belleza austera, en el desierto de Mojave, se decide lo que merece la pena conservar y a qué costo, en un estado que aspira a generar un tercio de su electricidad a partir de fuentes renovables en 2020.

La Oficina de Administración de Tierras (Bureau of Land Management) ha recibido más de 150 aplicaciones para grandes proyectos de energía solar en 1,8 millones de acres (730 mil hectáreas) de tierras federales en California, Nevada, Arizona, Nuevo México, Colorado y Utah.

Sólo en California, estos proyectos podrían reclamar un área del tamaño de Rhode Island, transformando al estado en el proveedor más grande de energía solar en el mundo.

BrightSource Energy quiere este permiso para construir tres plantas de energía solar en Mojave, donde se generaría la energía suficiente para 142 mil viviendas cada año, y miles de millones de dólares de ingresos.

La energía del sol se utiliza para calentar agua y producir vapor, que a su vez lleva a las turbinas para generar electricidad. El proyecto que debe construirse en varias fases, incluyen siete torres metálicas de 459 pies (140 metros), una tubería de gas natural, tanques de agua, generadores de turbina de vapor, las calderas y los edificios de la administración y mantenimiento. Cada planta estaría rodeado por vallas de acero de 8 pies de altura.

El desierto de Mojave recibe la luz del sol durante la mayor parte del año, y el terreno en disputa está cerca de líneas de transmisión que pueden llevar la electricidad a los consumidores.

Biólogos federales y estatales propusieron en noviembre pasado que la empresa capture y desplace a las tortugas a otro sitio, una propuesta que podría costar a BrightSource un estimado de $25 millones de dolares.

La empresa se negó a comentar directamente sobre estas cuestiones.

Probablemente pasarán meses antes que los reguladores estatales y federales tomen una decisión sobre el destino de las tortugas.

John Woolard, presidente de BrightSource, advirtió que una regulación estricta podría desalentar esta inversión, al referirse a las "desmedidas y extremas" exigencias que pesan sobre la empresa.

En un momento en la Casa Blanca está presionando para que el rápido desarrollo de la energía verde, Woolard predijo el resultado en el desierto de California repercutiría ampliamente.

Sierra Club propuso a los reguladores el desplazamiento de este parque solar a un espacio cercano a la carretera interestatal 15, la autopista que conecta Los Ángeles y Las Vegas, para evitar lo que sería una sentencia de muerte para las tortugas.

El grupo sostiene que los reptiles son una variedad "genéticamente distinta" de las tortugas del desierto y que la población de esta especie está disminuyendo en el país.

En 1994, el gobierno federal asignó 6,4 millones de acres (2,6 millones de hectáreas), como "hábitat protegido" para la tortuga en los estados de California, Nevada, Arizona y Utah.

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