Sorpresas desde Mercurio
La primera remesa de datos enviados por la sonda MESSENGER desde Mercurio comienza ya a revelar aspectos espectaculares del primer planeta.
Enero 30, 2008: Después de viajar más de 3.200 millones de kilómetros, durante tres años y medio, la sonda espacial MESSENGER (Mensajero, en idioma español) realizó su primer sobrevuelo del planeta Mercurio, el pasado 14 de enero, y envió a la Tierra algunas sorpresas.
"Este sobrevuelo nos permitió ver una parte del planeta que nunca había sido vista por una sonda espacial y nuestro pequeño vehículo nos ha enviado una verdadera mina de oro de emocionantes datos", dijo Sean Solomon, quien es el investigador principal del proyecto MESSENGER, en el Instituto Carnegie de Washington. Las cámaras de la nave, en combinación con sus otros sensores, recolectaron más de 1.200 imágenes e hicieron la primeras mediciones de Mercurio a corta distancia, desde que la sonda Mariner 10 visitara el planeta a mediados de los años '70.
Arriba: El "cráter araña" que está ubicado en la parte más baja y cerca del centro de la gigantesca Cuenca Caloris, en Mercurio. [Imagen ampliada] [Más información]
Los investigadores creyeron alguna vez que Mercurio se parecería mucho a la Luna de la Tierra, pero la nave MESSENGER ha encontrado ya muchas diferencias entre los dos cuerpos celestes. Por ejemplo, a diferencia de la Luna, Mercurio tiene enormes acantilados con estructuras que serpentean por millares de kilómetros a lo largo y a lo ancho de la faz del planeta. La sonda espacial también reveló cráteres de impacto que lucen muy distintos de los cráteres lunares. Un cráter particularmente curioso ha sido apodado "la araña".
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Esta formación no había sido detectada anteriormente en Mercurio y nada parecido se ha observado en la Luna. La formación yace en medio de un enorme cráter de impacto, llamado Cuenca Caloris, el cual está compuesto por más de 100 angostas depresiones de crestas aplanadas que surgen radialmente de una compleja región central.
"La 'araña' tiene un cráter cerca de su centro, pero hasta el momento no queda claro si este cráter tiene alguna relación con la formación original o si se creó más tarde", dice James Head, quien es co-investigador científico del equipo en la Universidad de Brown, en Providence, Rhode Island.
Cuando la nave Mariner 10 pasó por Mercurio, en la década de 1970, sólo pudo ver una porción de la Cuenca Caloris. Ahora que la sonda MESSENGER ha mostrado a los científicos la cuenca en su totalidad, se ha revisado el diámetro y se ha comprobado que es más grande que el cálculo inicial realizado por la nave Mariner 10, de 1.300 kilómetros; el cráter podría medir hasta 1.500 kilómetros de una orilla a la otra. Los investigadores ya sabían que la Cuenca Caloris era uno de los cráteres de impacto más grandes del sistema solar; pero la sonda MESSENGER ha demostrado que ¡el impacto es aún más grande de lo que se pensaba!
Respecto del campo magnético de Mercurio, la sonda MESSENGER ha descubierto que difiere de las observaciones llevadas a cabo por la nave Mariner 10, hace 30 años. Mientras que el campo magnético estaba en calma, en términos generales (sin tormentas magnéticas), el 14 de enero, mostró varios indicios de la existencia de una significativa presión interna. Sobrevuelos adicionales de la sonda MESSENGER, a finales de 2008 y 2009, y un año entero de fase orbital que comenzará en 2011, revelarán más aspectos sobre la estabilidad y la dinámica del capullo magnético de Mercurio.
Derecha: Durante el sobrevuelo del 14 de enero, la sonda MESSENGER hizo las primeras mediciones del plasma magnetosférico de Mercurio. Haga clic aquí para ver una película hecha con los datos grabados por el Espectrómetro de Plasma de Imagen Rápida (Fast Imaging Plasma Spectrometer, o FIPS, en idioma inglés). [Película] [Más información]
Otros instrumentos de la sonda MESSENGER pudieron también detectar emisiones de radiación ultravioleta originados por la presencia de calcio, sodio e hidrógeno en la exosfera de Mercurio. (Una exosfera es una atmósfera de muy baja densidad que probablemente se produce por el contacto con plasma caliente que está atrapado en el campo magnético de Mercurio). La sonda MESSENGER se encontró con la "cola" exosférica de Mercurio, rica en sodio, que se extiende a más de 40.000 kilómetros del planeta y también descubrió una cola de hidrógeno de similares dimensiones.
"Deberíamos mantener en perspectiva este tesoro escondido de datos", dijo Ralph McNutt, científico del proyecto en el Laboratorio de Física Aplicada, en Laurel, Maryland. "Con dos futuros sobrevuelos y una misión intensiva en órbita para continuar, estamos apenas comenzando a ir hacia donde nadie había ido antes".
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