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jueves, 23 de octubre de 2008

territorios palestinos o campos de concentracion

¿Territorios palestinos o campos de concentración financiados por la comunidad internacional?
21/12/2007
Autor: Laghchim Nour Edinne

"Esto está bien, se han pedido 5.600 millones de dólares y hemos alcanzado la cifra de 7.400 millones. Esto es bastante dinero, la verdad es mucho”. Son la palabras de euforia pronunciadas por el ministro de exteriores francés,Branard Kochner, después de la promesa hecha en París de los países donantes. Seriamente, es una oferta generosa que puede solucionar muchos problemas si no fuera su destino los territorios ocupados palestinos.

A Bernard Kochener, cuya memoria es muy fuerte, ya que hace pocos días criticó la visita de Muhamar Gadafi a Francia, acusándole de violación de derechos humanos y de apoyo al terrorismo, se lo olvidó el nulo efecto que tuvieron las anteriores donanaciones hechas por la EU, por Estados Unidos y por los demás países donantes. El caso es que el líder libio aceptó, hace años, todos los cargos y acusaciones, sin prueba, de occidente sólo para acabar con el injusto embargo que sufría el país africano, y que, de cuyas consecuencias sufrían más los países colindantes y subsaharianos pobres que el propio pueblo libio. Libia, durante el embargo, siguió recibiendo a los inmigrantes africanos y magrebí es, pero prohibió la salida de divisas del país.

El ejemplo de Libia sólo es ilustrativo. La crisis de Occidente con Libia tuvo escenario en los años setenta y ochenta, conoció momentos de tensión, como cuando bombardeó USA a ciudades libias, matando a 40 personas, entre los muertos se cuenta la hija de Gadafi, Hana; no obstante, siempre reinó la calma y el desinterés de Occidente por la suerte de Libia. El país africano se convirtió en invisible después del embargo. La retórica de Gadafi no cesó y su orgullo impidió calcular el impacto del embargo sobre el prestigio internacional de Libia.

En cambio, el conflicto de Palestina es mucho más antiguo y las escenas de la muerte, de dolor y de sufrimiento son diarias.
Por eso, lo que más nos importa, aquí, es rescatar lo olvidado por el señor Kochner, por la prensa y por mucha gente.
En mi opinión, si las ayudas internacionales van a correr la misma suerte del Aeropuerto y la central eléctrica e Gaza, la misma suerte de los puentes, edificios, colegios, universidades, estaciones de televisión, comisarías de policía, edificados y puestos en marcha por los fondos de los países donantes y luego bombardeados, con frialdad, hasta su destrucción, total o parcial, por la aviación israelí, es mejor ahorrarlas o gastarlas en otras necesidades y en otras zonas.

En realidad, dejando la destrucción de obras y de edificios aparte, quien se beneficia del dinero destinado a los palestinos no son ellos, sino son los mismos israelíes.
Es por eso, además, que la entidad sionista no tiene ninguna voluntad de paz o de acabar con la situación de conflicto.
Para tener una idea de esta realidad basta saber que la mayor parte de las ayudas pasa por bancos israiles, generando muchos beneficios, se convierte, después, en moneda israelí ya que los palestinos todavía no tienen moneda nacional. El dinero, cuando llega a manos palestinas, puede servir pagar funcionarios, para pagar miembros de los diferentes aparatos de seguridad, para financiar actividades gubernamentales y gastos administrativos. En pocas palabras, para sufragar los gastos burocráticos.
Sin embargo, no se puede destinar hacia actividades productivas, que pueden garantizar una estabilidad política y ayudar a los palestinos a prescindir de las donaciones internacionales.

En los territorios palestinos, Gaza aparte, no se puede circular , en el mejor de los casos, más de 20 KM a la redonda, sin un puesto de control.
Estos puestos están hechos, en teoría, para proteger a los numerosos asentamientos judíos, a sus carreteras de uso exclusivo.
Sin embargo, su efecto es nefasto para la ciudadanía palestina.
No sólo porque la distancia entre pueblos y ciudades de Cisjordania se hace más larga, sino porque les convierte en ciudades –islas incomunicadas entre sí.
El resultado de esta política es que no puede haber un mercado palestino común, no puede haber industria, no puede haber agricultura y, por consiguiente, no puede haber una economía palestina estable.
La situación, así, es inmejorable para los productos israelíes más baratos, subvencionados y sin problemas de control. La pobre población palestina está atrapada.
Son sus propios enemigos los que les venden agua, electricidad , materia prima, gasolina, la leche y hasta los pañales de los niños.
Así que , cuando alguien no puede más, cuando alguien protesta y desea resistir los sionistas se enfadan, les cortan el grifo a los palestinos, les obligan a matarse entre ellos, a sufrir, a llorar bien fuerte. A ver, si asi viene alguien a rescatarles.

No sé, a mi no se me ocurre ninguna situación similar a la que viven los palestinos.
La más cercana es la de los campos de concentración nazis.
Los territorios palestinos, en mi opinión, también son campos de concentración más grandes y , además, rentables para sus creadores.




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El Muro de Sharon, ese rotundo desastre, ofrece una rara oportunidad para observar la verdadera naturaleza del Estado judío, y para llamar a desmantelarlo. ¡No sólo el Muro, tontito! El Estado judío.(Israel Shamir-escritor, periodista y traductor israelí)
Mientras luchan por separado, son vencidos juntos.(Tácito)

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente articulo... muy util