sábado, 7 de junio de 2008
cinta adesiva en el espacio
Crónicas del Apollo
Episodio 5: Polvo Lunar y Cinta Adhesiva
Abril 21, 2008: Durante la Gran Carrera de Vehículos Lunares que se realizó recientemente en Huntsville, Alabama, se oyó al profesor Paul Shiue, de la Universidad de los Hermanos Cristianos (Christian Brothers University, en idioma inglés) bromear acerca de que la cinta adhesiva fue la "mejor herramienta de ingeniería" de su equipo. Otros opinaron lo mismo. El sonido de la cinta estirándose para sacarla del rollo prácticamente inundó el recorrido de la carrera, a medida que docenas de "ingenieros", estudiantes de escuelas secundarias y de universidades, armaban y reparaban afanosamente sus vehículos lunares caseros.
Pocos sabían que, de hecho, estaban continuando una de las más magníficas tradiciones de la exploración lunar. Si hacemos retroceder el reloj 36 años, nos daremos cuenta de que el rollo de cinta adhesiva fue clave en el programa Apollo de la NASA:
La fecha fue el 11 de diciembre de 1972. Los astronautas Gene Cernan y Jack Schmitt recién habían alunizado el módulo Challenger en un hermoso valle lunar rodeado de montañas, llamado Taurus-Littrow, a orillas del Mar de la Serenidad. Los encargados de planear la misión escogieron este sitio por su diversidad geológica: el suelo estaba cubierto por una mezcla de rocas gigantes, lava endurecida, cuentas de vidrio anaranjado (lo cual indica antiguas fuentes volcánicas de fuego) y, por supuesto, el siempre presente polvo lunar. El valle en sí mismo era una fractura creada poco después del impacto de un asteroide, hace miles de millones de años; la historia de la Luna, sospechaban muchos, podría estar escrita en sus paredes. Jack Schmitt, el primer geólogo en la Luna, estaba ansioso por comenzar su trabajo.
Arriba: Los astronautas de la misión Apollo 17 y su vehículo lunar en el valle Tauro-Littrow. [Más información]
Aproximadamente 60 segundos después de tocar el suelo lunar, Schmitt envió un mensaje de radio a Houston, "Las baterías se ven bien", seguido de una breve pausa, y luego "¡Uy! ¡Mira la roca que está allí!"
Anótese aquí para recibir nuestro servicio de ENTREGA INMEDIATA DE NOTICIAS CIENTÍFICASCernan estuvo de acuerdo: "absoultamente increíble".
En pocas horas, los dos astronautas bajaban ya por la escalerilla y cargaban una canasta con herramientas geológicas y experimentos en su Vehículo de Exploración Lunar (Lunar Roving Vehicle, en idioma inglés) o "coche lunar" (moonbuggy, en idioma inglés). Todo iba de maravilla hasta que Cernan rozó el vehículo; un martillo ubicado en un bolsillo de su traje lunar cayó sobre el guardabarro posterior del lado derecho y desgarró casi la mitad.
Cernan: "¡Uy, no van a creerlo! Ahí va nuestro guardabarro".
Schmitt: "¡Uy, rayos!"
Y es que, un coche lunar en Alabama puede andar bien sin guardabarro pero, en Tauro-Littrow, no tener uno de los guardabarros era un desastre en potencia. La razón de todo esto es el polvo lunar. Cuando un vehículo rueda sobre la superficie de la Luna, va levantando un penacho de polvo lunar (los astronautas lo llaman "cola de gallo"). Sin el guardabarro, el vehículo sería rociado por una nube de oscuro y abrasivo polvo. Los trajes lunares blancos, transformados en trajes de color negro por el polvo, pueden comenzar a absorber peligrosamente el fuerte calor solar sobre la Luna, sobrecalentando de ese modo a los astronautas dentro del traje. Los granos de polvo, con sus agudas aristas, pueden rayar los visores al limpirlos, dificultando la visión. El polvo lunar también tiene una manera extraña de meterse en bisagras, escotillas y juntas, dejándolas inservibles.
Arriba: El guardabarro del coche lunar de la misión Apollo 17 reparado con cinta adhesiva.
Cernan: "Y odio decirlo, pero voy a tener que tomarme cierto tiempo para intentar... poner ese guardabarro en su lugar. Jack, hay un rollo de cinta debajo de mi asiento, ¿recuerdas?". (Cernan se refiere a un rollo común de cinta adhesiva gris.)
Schmitt: "Sí".
Cernan: "De acuerdo. No puedo decir que soy un experto en volver a colocar guardabarros en su lugar. Pero lo que es seguro es que no quiero comenzar sin uno de ellos. Solamente voy a ponerle un par de trozos de esta clásica cinta gris... (y) veremos si podemos asegurarnos de que se quede pegada".
A pesar del grosor de sus guantes, Cernan pudo desenrollar y cortar los trozos de cinta que necesitaba. Pero el polvo lunar echó a perder su primera reparación:
Cernan: "...la clásica cinta gris no quiere pegar muy bien". (Durante una conferencia, al regresar de la misión, explicó: "Como había polvo por todos lados, cuando por fin cortaba un pedazo de cinta del rollo, lo primero que se pegaba a la cinta era el polvo, y ya no se pegaba a nada más".)
En su segundo intento, sin embargo, tuvo éxito. "¡Lo logré!", gritó Cernan. "Si ese guardabarro se queda en su lugar... quiero que me den algún tipo de premio al mejor reparador". Y entonces arrancaron el vehículo.
Durante las siguientes cuatro horas condujeron el coche lunar a lo largo y a lo ancho del sitio de alunizaje, deteniéndose a cavar agujeros y recolectar muestras del núcleo, instalaron cargas sísmicas y montaron otros tantos experimentos. Aun con los cuatro guardabarros en su lugar, Cernan tuvo que sacudir el polvo del vehículo cada vez que se detenían (los planificadores de la misión les dieron una brocha sacudidora de polvo lunar especialmente diseñada para tal propósito). Esta actividad tomó muchos valiosos minutos del tiempo de la misión, pero pudo ser peor, como estaban a punto de darse cuenta.
Derecha: Gene Cernan trabaja con su rollo de cinta adhesiva. Haga clic aquí para ver una película más larga, con sonido.
Mientras conducían a través de un terreno difícil, Cernan comentó: "Caray, podríamos perder la parte trasera de esta cosa en un momento". Y, efectivamente, el guardabarro se volvió a caer. La cinta adhesiva lo mantuvo en su lugar por un rato, pero el polvo lunar redujo drásticamente la adhesividad de la cinta y no resistió hasta el final de la Actividad Extra-Vehicular (Extra-Vehicular Activity o EVA, en idioma inglés).
Schmitt: "Creo que perdiste tu guardabarro de nuevo. Me está lloviendo (polvo lunar) de este lado".
Cernan: "¡Uy, no!"
Schmitt: "Mira tu cola de gallo."
Las siguientes paradas requirieron de considerables tareas de mantenimiento. "¡Déjame ir a quitar el polvo!", dijo por la radio Cernan mientras Schmitt instalaba el experimento de Propiedades Eléctricas de la Superficie (Surface Electrical Properties o SEP, en idioma inglés). En una conferencia que dieron al regreso de la misión, relató: "La capa de polvo en las tapas de las baterías y en todo lo demás era lo suficientemente gruesa como para escribir en ella. Aun con los guardabarros en funcionamiento, siempre había una película delgada de polvo; pero esto era ya polvo 'sucio'".
Cuando regresaron al módulo Challenger, Cernan inspeccionó el vehículo estacionado con tristeza. " Amigos, déjenme decirles que nos va a tomar media docena de domingos desenpolvar todo esto. Miren ese guardabarro. Terrible. La pérdida de ese guardabarro simplemente aumentó la cantidad de polvo más de un orden de magnitud".
Mientras tanto, en Houston, los ingenieros de la NASA entendieron la gravedad de la situación. Si no encontraban una solución al problema mientras Cernan y Schmitt dormían, tendrían que acortar la operación del día siguiente de manera drástica. Los astronautas incluso tendrían que limitar las distancias que recorriesen a pie.
Derecha: Gene Cernan, de regreso en el módulo de alunizaje tras un largo período de Actividad Extra-Vehicular. Las manchas en su frente y en su camiseta son de polvo lunar. Crédito de la fotografía: Jack Schmitt. [Más información]
Pero los ingenieros encontraron una solución y los llamaron para comunicársela. Adivinó: cinta adhesiva.
Cuando Cernan y Schmitt despertaron a la mañana siguiente, el control de la misión les explicó cómo tendrían que pegar con cinta cuatro mapas laminados imitando la forma del guardabarro perdido. "Llámenme el pequeño hacedor de guardabarros", dijo Cernan mientras cortaba los pedazos de cinta gris. Esta vez, pegaron los materiales dentro del módulo de aterrizaje, que estaba relativamente libre de polvo, así que la cinta mantuvo su adhesividad usual. Luego, fijaron el nuevo guardabarro al vehículo con abrazaderas y éste se mantuvo fijo durante el resto de la misión, que incluyó otras 15 horas de actividades extra-vehiculares.
Un solo baño de polvo fue suficiente para causar una profunda impresión en Schmitt. A su regreso a la Tierra, opinó que "el tema del polvo lunar debe de ser considerado en detalle. Ese va a ser el problema ambiental más importante que tengamos que enfrentar en las misiones futuras a la Luna".
Regreso al futuro: En la actualidad, la NASA está preparando una misión de regreso a la Luna y el polvo es un tema que ronda constantemente la mente de quienes trabajan en este organismo. Los científicos de la NASA están haciendo experimentos de laboratorio con muestras de polvo lunar de las misiones Apollo para encontrar técnicas de "mitigación del polvo lunar". Y una nueva nave llamada LADEE está dedicada por completo al polvo lunar. LADEE es la sigla en idioma inglés de Lunar Atmosphere and Dust Environment Explorer (Explorador de la Atmósfera y el Ambiente de Polvo Lunar) y entrará en órbita alrededor de la Luna en 2011 o 2012 para observar las "tormentas de polvo" que, se piensa, tienen lugar cuando el polvo lunar, cargado electrostáticamente, levita sobre la superficie de la Luna.
Cuando la próxima generación de astronautas viaje a la Luna, sabrá mucho más del polvo lunar que sus predecesores del Apollo. Pero, con seguridad, hay algo que no olvidarán llevar: "un buen rollo de la clásica cinta adhesiva gris".
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