Saber cómo pueden unos hipotéticos extraterrestres ver la Tierra puede ayudarnos a encontrar planetas habitables en otros sistemas solares.
Foto: NASA.
Los humanos hemos empezado a escudriñar los cielo para encontrar planetas con vida en otros sistemas solares. De momento nuestra tecnología no nos ha permitido ver planetas como la Tierra "allá arriba", pero si hay extraterrestres con tecnología un poco más avanzada que la nuestra que apunten a nuestro sistema solar puede que vean que la Tierra es un planeta propicio para vida. Si son más avanzados puede que incluso sepan que hay vida.
Unos astrónomos de la Universidad de Florida y de otras instituciones han publicado recientemente un artículo en Astrophysical Journal sobre este tema. Según sus autores, con un telescopio más grande que el telescopio espacial Hubble unos extraterrestres podrían apuntar a la Tierra y comprobar que tiene un periodo de rotación de 24 horas y la presencia de océanos, factores que facilitan la presencia de vida.
La Tierra ocuparía sólo un píxel en la imagen obtenida, pero contendría la suficiente información como para identificar que hay nubes y agua líquida sobre ella.
El objetivo de este tipo de investigaciones es precisamente ayudar a encontrar planetas similares a la Tierra en otros sistemas solares, una meta que puede ser posible en las próximas décadas, cuando entren en funcionamiento una nueva generación de telescopios.
Tanto para humanos como para extraterrestres curiosos la observación de planetas es difícil, pero observar los planetas habitables lo es todavía más. El planeta habitable no puede estar muy cerca o muy lejos de su estrella so pena que se ase o se congele, además necesita una atmósfera protectora.
Los planetas que se han podido observar hasta ahora son muy grandes, de tipo gaseoso, que no tienen superficie sólida. Pero los astrónomos están empezando ya a planear cómo detectar planetas como la Tierra con los futuros telescopios. Para ello tendrán que apañárselas para reconocer, a partir de la luz reflejada por el planeta, si su superficie es como la de la Tierra. Para los autores del trabajo la clave descansa en estudiar cómo la Tierra aparecerá a los "ojos" de unos hipotéticos extraterrestres.
Los astrónomos reconocen que incluso con los telescopios más grandes se necesitarían semanas para poder recoger la suficiente luz con la que sacar un espectro de un planeta extrasolar de tipo terrestre. Con un espectro se podrían identificar los elementos y compuestos químicos de su atmósfera y así saber si hay vida.
Gracias a la rotación rotación terrestre nuestro planeta presenta distintas características superficiales a los ojos de un observador. Además, el brillo de la Tierra cambia en periodos de tiempo más cortos que 24 horas al aparecer y desaparecer las nubes. Todo esto permitiría a unos hipotéticos extraterrestres inferir que hay continentes y océanos en la Tierra y una atmósfera protectora para la vida.
Basándose en las observaciones de satélite de nuestro planeta los autores han creado un modelo computacional del brillo de la Tierra. Las nubes sobre la selva tropical, el color claro de las zonas áridas y otras características podrían ser deducidas a partir de las variaciones de brillo de la misma a lo largo de los meses. También se podría deducir su periodo de rotación de 24 horas.
La variación nubosa deducida significaría para un extraterrestre que la Tierra contiene agua líquida que se evapora y condensa, y que se correspondería con los patrones interpretados como océanos. Un planeta como Venus tiene nubes (de ácido sulfúrico), pero no presenta variaciones en su brillo. No tiene agua y su alta temperatura hace imposible la vida sobre su superficie.
Este estudio podría ser útil en el diseño de la futura generación de telescopios. Un planeta similar a la Tierra y situado en la estrella más próxima necesitaría de un telescopio dos veces más grande que el Hubble para poder ser visto. Incluso para una formación de telescopios espaciales como el proyectado para el Terrestrial Planet Finder un planeta como la Tierra será sólo un punto. Dependiendo de su diseño final podría detectar este tipo de planetas dentro de una esfera centrada en nosotros y con un radio de 20 o 30 años luz.
Los autores esperan que esto incentive la construcción de telescopios todavía mayores que permiten ver planetas de tipo terrestre alrededor de otras estrellas.
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